viernes, 13 de marzo de 2009

El país perfecto para los cangrejos

Ese pareciera ser mi país, esa es mi Argentina que cada día nos sorprende, algunos vincularán ese último concepto esperando escuchar algo novedoso y, la verdad que no es así, al menos a mi me sigue sorprendiendo que en nuestra Argentina nadie entienda a nadie y todos entiendan a todos.
Esa pareciera ser una de las grandes capacidades, que más bien diría discapacidades.
La mayoría de la población cree entender a todos y, todos jamás podrán ser entendidos.
Desde tiempos remotos-utilizo este término para no matarlos con una seguidilla de incansables y extenuante de años, pero podemos decir que desde el siglo XX-en la Argentina parece existir un síndrome de retroceso, que no sé si será algo que se transmite genéticamente para todos o simplemente será el aire que se inhala por estos pagos, este síndrome no distingue clase social, género o jerarquía, etc.
Pareciera aplicarse aquella frese” ley pareja nadie se queja”. Porque desde que tengo uso de razón y, hablando e intercambiando opiniones con mis antecesores y con personas que forman parte de mi presente, hemos llegado a una conclusión que por ahí pecará de generalizadora, pero creo que muchos apoyarán esta conclusión.
En esta actual Argentina y en las anteriores argentinas, reaparecen los mismos espectros que en tiempos remotos, estos son: corrupción, injusticia, inseguridad, debilidad, inestabilidad económica, hambre, asesinatos, etnocidio, genocidio, autoritarismo, discriminación, clientelismo político, mentiras, drogas, humillación, y sobre todo, imposibilidad de progreso-.
De esta manera, me cuesta comprender en el país que vivo, y que como muchos argentinos creo que estamos condenados a vivir así por mucho tiempo más, porque muchos lo pensaran de esa manera. Ya que como es sabido la historia e ideología son algunas de las cosas que llevan un extenso periodo en modificarse, por qué deberían de cambiar en años venideros, si hace décadas y siglos se vienen gestando más de lo mismo.
Vivimos en un país que sería apto para los cangrejos, ellos son los que caminan hacia atrás, y nosotros los estamos imitando de una manera muy admirable, copiamos esa manera de andar de tal manera que si los cangrejos pudieran darnos su opinión respecto a nuestra imitación de ellos mismos, seguro que fundirían sus tenazas en un cerrado aplausos y estaría tan contentos en el fiel calco de la imitación de su imitación por parte de nuestro país, porque estamos yendo hacia atrás como los cangrejos, y eso nos tendría que llenar de vergüenza.
Pasan años y década y los problemas son los mismos de siempre, los empleados reciben los sueldos de siempre, la economía empeora, la inseguridad ni hablar, el diálogo entre los funcionarios y el pueblo desmejora continuamente.
En fin, el grupo minoritario del poder, está muy contento de que todo esto suceda, se frotan las manos y se divierten manoseando los derechos de la minoría. ¿Yo puedo oír sus risas, tu también puedes hacerlo? si las oyes estoy seguro que modificarás tu manera de pensar e intentarás cambiar tu manera de caminar por el mundo, y a partir de ese instante dejarás de ir hacia atrás, como los cangrejos y emprenderás una marcha hacia delante, como un pingo salvaje, que sólo mira el camino que le espera por recorrer.

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